Comenzamos la semana con la Superluna y la lluvia de Leónidas.
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Llegamos a noviembre, el penúltimo mes del año. El nombre de este mes deriva de Novem, nueve en latín, por haber sido el noveno mes del año en el calendario romano antiguo. Sin embargo, al intercalarse dos meses más tarde en el calendario, ha acabado siendo el undécimo de nuestro calendario gregoriano.
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Llegamos a noviembre, el penúltimo mes del año. El nombre de este mes deriva de Novem, nueve en latín, por haber sido el noveno mes del año en el calendario romano antiguo. Sin embargo, al intercalarse dos meses más tarde en el calendario, ha acabado siendo el undécimo de nuestro calendario gregoriano.
En noviembre los días tienen unas 10 horas de luz en nuestras latitudes, por lo que disponemos de unas 14 horas diarias para observar el cielo nocturno.
Mañana, 14 de noviembre, brillará en el cielo lo que se conoce como superluna, el nombre que se da a la Luna llena que se produce en el punto más cercano de su órbita con la Tierra. En ese momento la Luna se nos mostrará 16% más grande y 30% más brillante que cuando la vemos en su punto más lejano a la Tierra (el apogeo).
Las órbitas de los planetas y los satélites son elípticas, no circulares. Eso hace que haya dos puntos en toda órbita en los que el satélite esté más cerca y más lejos de su foco, en este caso, la Tierra.
El punto más alejado de la órbita de la Luna se llama apogeo (del griego apógios, lejos de la Tierra); mientras que el punto más cercano se llama perigeo (del griego perígeios, cerca de la Tierra).
La Luna tiene un punto de perigeo y otro de apogeo cada ciclo lunar, es decir, cada 29 días y 12 horas aproximadamente.
Esto significa que cada mes hay una Luna más cercana a la Tierra y otra más alejada. Aunque las distancias no son demasiado grandes -de entre 350.000 y 410.000 km aproximadamente-, son suficientes para ver una pequeña diferencia de tamaño y brillo.
La superluna ocurre cuando ese perigeo coincide con la Luna llena.
No obstante, las superlunas son relativamente frecuentes. La última tuvo lugar el pasado 16 de octubre y después de la gran superluna de este 14 de noviembre, tendremos otra el próximo 14 de diciembre. Pero la atención recae en la de noviembre ya que se completará en aproximadamente dos horas, lo que alimentará la sensación de verla con mayor tamaño.
"La luna llena del 14 de noviembre no es sólo la luna llena más cercana de 2016, sino también la luna llena más cercana hasta la fecha en el siglo XXI", asegura la NASA en un comunicado de prensa. "La luna llena no volverá a estar tan cerca de la Tierra hasta el 25 de noviembre de 2034".
Para ver la superluna, al igual que otro evento astronómico, es aconsejable desplazarse a un lugar agradable y oscuro alejado de las grandes ciudades y luces. Se podrá apreciar durante toda la noche, pero se espera que se alcance el pico de su fase completa en la mañana del 14 de noviembre a las 13.52 horas en España.
También tendrá lugar la lluvia de meteoros: Leónidas.
Las Leónidas, como su nombre indica, tienen su radiante en la constelación de Leo. Están originadas por el Tempel-Tuttle, un cometa de 33 años de periodo que posee un núcleo de unos 2 kilómetros de tamaño. Son meteoros muy brillantes y extremadamente rápidos pues alcanzan velocidades de unos 250.000 kilómetros por hora. La de las Leónidas es una lluvia que varía mucho de un año a otro. Resulta particularmente activa en los años en que el cometa Tempel-Tuttle pasa cerca del Sol (por el perihelio). En esos años, las Leónidas se pueden convertir en una auténtica tormenta de meteoros. De hecho, la observación de las Leónidas en el siglo XIX, en particular la tormenta de 1833, tuvo un gran impacto en el estudio de los meteoros (que hasta entonces se consideraban fenómenos atmosféricos). Hace exactamente 50 años, en 1966, se contabilizaron más de 100.000 meteoros por hora. Habrá que esperar al próximo paso del perihelio del Tempel-Tuttle, en el año 2031, para ver otra gran tormenta de ese estilo.
Por el momento, en este año 2016 se prevén unas decenas de meteoros por hora como máximo. La mayor actividad tendrá lugar en la noche del 17 al 18 de noviembre, una noche en que la luna estará aún muy brillante, pues el plenilunio ha sido el día 14. Convendrá prolongar la observación al principio de las noches del fin de semana del 18 al 20, según la luna vaya levantándose más tarde y vaya perdiendo brillo. Para la observación de las Leónidas basta con situarse en un paraje oscuro, protegido de la contaminación lumínica, y no limitarse a la constelación de Leo, sino vigilar la mayor parte posible de la bóveda celeste.
Y ahora a escuchar dos canciones preciosas sobre la luna..
Feliz semana lunera!
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